Nuestro amigo el 112

Queridos amigos y Esperanza Aguirre:

No hay suficientes ambulancias en la CAM. ¡Qué curioso! Con lo contentos que estamos todos últimamente con el sector sanitario y todos las avances que se vienen realizando en la CAM... no acierto a explicármelo.

Resulta que iba yo ayer tan contenta (es un decir) a mi reunión de tutores semanal, y hete aquí que me encuentro a uno de mis alumnos frente a jefatura de estudios... con un dedo morado, ensangrentado... En fin, os ahorraré los detalles. El pobre chaval estaba lívido y, como siempre, no había nadie en jefatura de estudios. Así que... voilà! La menda a pedir una ambulancia y a cuidar de que no se me cayese redondo el retoño. Llamo al 112... Rin, rin... "¿Qué desea?" Le cuento el suceso. "Un momento, por favor, le paso con el médico." Bip, bip, bip. "112, dígame, ¿qué desea?" Repito el percance como un loro. "Sí, le paso con el el médico" (¿y entonces ésta quié coño era?). Bip, bip.... "Sí, 112, ¿qué desea?" Tercer speech consecutivo; eso sí, cada vez más avinagrado. Pregunta del millón: "Pero... ¿es grave?" "Mire, señora, yo soy profesora, ¡¡no médico!! ¡No sé si es grave! Le puedo decir que se ha pillado el dedo con una puerta, que está morado, que sangra, etc..." "¿Y no le pueden llevar ustedes mismos al hospital?" (Yo aún no sabía que está prohibidísimo, pero mi sentido común me decía que me podía comer un marrón curioso si al crío le pasa algo de camino al hospital...). "Pues no, yo no puedo abandonar mi puesto de trabajo, y los padres del chaval trabajan en el cuarto pepino.." "Bueno, es que , claro, mandar una ambulancia por un dedo..." "¿¿Y qué me sugiere usted que haga?? No le estoy entendiendo." "Bueeeeeeno, les mandamos una ambulancia... pero si consiguen que al chaval le lleve alguien al hospital, llámennos y anúlenlo".

Diagnóstico: fractura de dedo e ingreso hospitalario inmediato. Allí sigue el retoño. Así que, ¡sí!, era grave.

Juro que cada palabra transcrita es verídica. ¡Viva la CAM!