
Hay algo que siempre me ha llamado la atención acerca de las manos (las mías y las ajenas) , y es la idea de que tengan "memoria". Memoria de todas las sensaciones que van recogiendo a lo largo de los días y de los años que pasan... ¿Os imagináis las veces que, con ellas, habremos asido objetos, abrazado cuerpos, acariciado cabezas, roto vasos-con o sin intención-, enjugado lágrimas y disimulado risas? Las veces que las habremos sumergido en líquido, expuesto al frío, al amor, a un golpe, a la rabia: que habremos intentado hacer música o llevado de viaje a otro país, o a la piel de otro rostro. La piel de las manos va acumulando una experiencia, especial, de la que otros órganos quizá carecen... ¿o acaso el apéndice (órgano inútil donde los haya, por cierto) tiene grabado en sí mismo el primer contacto con la teta de la madre?
Si las manos pudieran contar todo lo que han vivido en sus carnes... Todo lo que en su piel se almacena; todo lo que, a través de las yemas y las palmas, ha sido transmitido al cerebro en una vida. Si pudieran recapitular todo aquello para lo que nos han servido: bueno, malo, regular, ¿intrascendente? No, no; aquí cualquier movimiento es de lo más trascendente: hasta los actos sencillos (y presuntamente vulgares...) que nos regalan la autonomía.
5 comments:
¡Qué potito! :-o
Lo mejor: acariciar patillas pimmas. Lo peor: cuando se me cayeron las llaves al water :S
Las manos son totales, y los pies ya ni te digo!
Os habeis fijado que las manos de la foto parecen la cabeza de un ciervo? qué gracioso
Jajajajaja! Es que por eso las puse, pimmo! xD
Eres malo malimmo... y yo voy y me lo creo... jjjjjjjjjjjjjjjjjjj
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