El Instituto Maldito

Qué pena me va a dar dejarte, amantísimo IES en el recto del mundo... Y, sobre todo, a esos abnegados compañeros que fruncen el ceño en lugar de saludar cuando se cruzan contigo por los pasillos. ¡Oh derroche de simpatía a raudales! ¡Oh Premios Limón con piernas! ¡Pareciera que fuéseis humanos! Una nueva especie, el Homo Torrelacunensis, ha nacido: seres que no utilizan el teléfono ni aunque te estés muriendo y que se especializan en el despellejamiento de alumnos y personal no docente en las pausas del café.

Mención especial merece el Jefe de Departamento (ente nacido con un látigo en la mano), promesa de la incompetencia en la empresa privada. ¿Será humano? ¿Será un semi-dios? ¿Se habrá equivocado de galaxia? Señala sus dominios, con incontenible orgullo, como si de un Falcon Crest cualquiera se tratase: "Todo esto lo he construido yo...", dice el Jotaerre moralzarzaleño. Xilófonos destruidos, pared de corcho roída por los ratones, mesas descalabradas...¡¡y una regleta en la que pone su nombre!! Vamos, el sueño de cualquier esbirrointerino (como servidora).

A la próxima esbirrointerina que caiga en las redes del Instituto Maldito: que la fuerza te acompañe, amiga mía...